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La palabra mono es un término informal, no taxonómico, que designa a un amplio conjunto de primates simiiformes.
Los términos mono y simio son sinónimos en el idioma español,[1] pero en zoología suele hacerse una distinción entre ambos, debido a la influencia del idioma inglés, en el que los términos equivalentes monkey y ape tienen diferentes significados. Aunque existen algunas similitudes entre ambos conjuntos de animales, las diferencias son muchas. Así pues, en el lenguaje científico, los monos actuales comprenden a los platirrinos (Platyrrhini o monos del Nuevo Mundo) y a los cercopitécidos (Cercopithecidae o monos del Viejo Mundo), pero no a los primates hominoides, más cercanos al ser humano, como el orangután, el gorila, el chimpancé y los gibones, que se consideran simios. A diferencia de estos, los monos poseen por lo general cola, tienen un esqueleto más primitivo y son más pequeños. Este uso de la palabra simio como traducción del inglés ape, restringida exclusivamente a los primates sin cola, es erróneo, y no corresponde al castellano. Se recomienda, para este uso, la palabra hominoideo,[2] y también tienen tradición «antropoide», usado como sustantivo, y «mono antropomorfo».
Muchas especies de monos viven en los árboles, aunque hay especies que viven principalmente en el suelo, como los babuinos. La mayoría de las especies son principalmente activas durante el día. Los monos son generalmente considerados inteligentes, especialmente los monos del Viejo Mundo.
Los simios y los tarseros, los dos miembros del suborden Haplorhini, surgieron hace unos 60 millones de años. Los monos del Nuevo Mundo y los monos catarrinos surgieron dentro de los simios hace unos 35 millones de años. Los monos del Viejo Mundo y los simios surgieron dentro de los monos catarrinos hace unos 25 millones de años. Los simios basales extintos, como Aegyptopithecus o Parapithecus [hace 35-32 millones de años] también son considerados monos por los primatólogos.[3][4][5][6][7]
Existe debate entre si los lémuress, lorises y galagos entran en la categoría de monos ya que estos son primates estrepsirrinos (suborden Strepsirrhini) con evolución distinta a la de otros primates aunque con caracterisitcas morfológicas externas de carácter antropoide. El grupo hermano de los simios, los tarseros, también son primates haplorrinos, pero tampoco son monos.
Los simios surgieron dentro de los "monos" como hermanos de los Cercopithecidae en los Catarrhini, por lo que cladísticamente también son monos. Ha habido resistencia a designar directamente a los simios (y, por tanto, a los humanos) como monos, por lo que "mono del Viejo Mundo" puede entenderse como los Cercopithecoidea (sin incluir a los simios) o los Catarrhini (incluyendo a los simios).[8][9][10][11][12][13][14][15][16] Que los simios son monos ya lo comprendió Georges-Louis Leclerc, Conde de Buffon en el siglo XVIII.[17]
Los monos, incluidos los simios, se distinguen de otros primates por tener sólo dos pezones pectorales, un pene colgante y la falta de bigotes sensoriales.[18]